"Las injurias tienen una gran ventaja sobre los razonamientos: la de ser admitidas sin pruebas por una multitud de lectores" (A. Manzoni)

sábado, 23 de marzo de 2013

La Almoraima

Finca de la Almoraima: cómo no se deben hacer las cosas.

Desde hace ya algún tiempo, desde que le fue expropiada a Ruiz Mateos, y convertida en el cortijillo de políticos pudientes para su disfrute y explotación, el valor del latifundio ha ido a menos, por la ineficiente explotación del lugar.

A parte de la saca del corcho, su transformación primaria, y la caza mayor de ciervos, corzos, gamos y otrora jabalíes, poco más se puede decir de esta secreta explotación, aunque más bien casón de políticos señoritos y siervos al estilo edad media...

La pesíma gestión cinegética, que no ha sabido optimizar y controlar las especies de la finca, sino que las diferentes poblaciones han seguido un crecimiento muy aleatorio; la pérdida del jabalí, por cruces incontrolados con cerdos asalvajados, y luego enfermedades propias del porcino; la falta de cuidado de la explotación forestal del corcho y falta de competitividad y competencia en el mercado, los pésimos resultados de fuertes inversiones en viveros echados a perder, por su mala gestión comercial; la falta de iniciativas para explotación del turismo medioambiental, y la malísima gestión hostelera de lo que fue la casa convento, hoy convertida en un hotel, reconvertido para celebraciones de Bodas, y como hogar de la todopoderosa Señora, que a golpe de telefonazo con sus contactos del más allá, de despeñaperros, hacen que esta finca ruinosa no de para más, que el sueldo de la noble asalariada que de ella depende, como si de la mismísima condesa de Castellar se tratara.

Cómo supieron los antiguos Arabes darle el nombre perfecto a esta finca: "pago de multas".. y en efecto este es el valor de la multa que los habitantes de la zona han de pagar por disfrutar casi intacto, este paraje natural - privado


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